José Antonio López Cancelos
Taramundi, 2 de septiembre de 1863 — Ribadeo, 28 de enero de 1939
Taramundi, 2 de septiembre de 1863 — Ribadeo, 28 de enero de 1939
Nació en Taramundi el 2 de septiembre de 1863, hijo de José Antonio López de Cancelos y López de la Arruñada y de Celestina Antonia García de Abraído y Argüelles. Celestina era sobrina de Fernando Argüelles Miranda (1797-1870), que tras ser párroco de San Martín de Oscos y de Taramundi y canónigo magistral de la catedral de Oviedo fue obispo de Astorga los últimos once años de su vida.
La familia residía en la casa de Piñeiro, en Taramundi, que era propiedad de José Antonio López de Cancelos y López de la Arruñada, y que muy probablemente había pertenecido a los López de Cancelos desde muchas generaciones antes.
José Antonio López Cancelos tuvo cuatro hermanos: José María, Inocencio, Joaquina y Carmen; de los cuales al menos José María era mayor que él. De niño quedó huérfano de madre, por lo que apenas la conoció.
Tras varios años de estudios eclesiásticos en el seminario de Mondoñedo los abandonó para hacer el servicio militar en Pamplona al tiempo que estudiaba el bachillerato, en contra de los deseos de su padre que quería que se hubiera ordenado sacerdote siguiendo la tradición para los segundones de las anteriores generaciones de la familia López de Cancelos. Se cree que debido a este enfrentamiento redujo sus apellidos a López García, pese a lo cual siempre siguió siendo conocido como José Antonio Cancelos.
Parece que su padre se comprometió a pagarle los estudios universitarios a cambio de no abonar la redención del servicio militar. Estudió la carrera de medicina en Santiago de Compostela con muy buenas notas.
Nada más acabar la carrera (en torno a 1892) se casó con Filomena Cotarelo Cotarelo (1863-1956), con quien ya se intercambiaba cartas cuando estudiaba en el seminario. Filomena era también originaria de Taramundi: hija de José María Fernández de Cotarelo y Fernández de Piñeiro, y de Benita Fernández de Cotarelo Andina.
Fue el primer médico que se estableció para ejercer la profesión en Taramundi. Al parecer al principio no se atrevía a cobrar a sus vecinos, con gran enfado de su padre que le recriminaba que nadie le había ayudado a pagarle la carrera. Por fin se decidió a cobrar y el primer cliente al que lo hizo se ofendió.
En su
ejercicio profesional destacó inicialmente en la atención a partos.
Fue médico municipal en Taramundi (hasta 1900), Castropol (1900-1904), La Vega de Ribadeo —actual Vegadeo— (1904-1909) y Ribadeo (a partir de 1909). En Ribadeo fijó su residencia ya de manera definitiva. Primero en el número 60 de la calle Figueirúa (actual calle Buenos Aires, probablemente en el actual número 49), y más tarde en una casa alquilada con una amplia huerta en el actual número 8 de la calle Reinante.
En Ribadeo además de médico municipal y de ejercer libremente la profesión, fue médico del hospital municipal y profesor de ciencias naturales en el instituto de segunda enseñanza. Llegó a ser alcalde de la localidad durante un breve periodo, aunque desconocemos las fechas y circunstancias de su mandato.
Una de sus aficiones era la cría de animales. Llegó a tener un jabalí y una explotación agropecuaria en Villavieja.
José Antonio y Filomena tuvieron siete hijos, aunque sólo les sobrevivieron los cuatro mayores:
Filomena Cotarelo y José Antonio López Cancelos con sus hijos María (a la derecha en brazos de su padre) y Antonio (con su madre).
Publicado en el nº 598 del 20 de noviembre de 1921 del periódico Castropol.
Dos de sus tres hijas estudiaron pues una carrera universitaria superior, lo cual no era en modo alguno normal en la época y muestra lo ilustradas, progresistas y avanzadas que eran sus ideas.
Como médico, su mayor preocupación fue propagar las ideas de higiene y vida sana para prevenir las enfermedades, combatiendo incansablemente la ignorancia y los prejuicios erróneos.
En marzo de 1909 realizó una estancia, de un mes de duración aproximadamente, en la Facultad de Medicina y en el Hospital General de Santiago de Compostela. Durante esta estancia publicó un artículo en el periódico Castropol sobre el estado de la enseñanza y la práctica médica en dichas instituciones. Parece que solía realizar estas estancias de forma recurrente para actualizar su formación, lo que nos da idea de su profesionalidad.
El 2 de marzo de 1914 Melquíades Álvarez,
recién elegido diputado por el partido de Castropol, visitó su circunscripción,
recalando en Navia, El Franco, Tapia, Figueras, Castropol, Ribadeo, Vegadeo y
Boal. El acontecimiento fue recogido en un amplio artículo en el periódico Castropol
del 10 de marzo de 1914. Hubo luego un banquete en el Casino de Castropol, con
más de cien comensales. La gira continuó al día siguiente por La Vega de
Ribadeo (actual Vegadeo), concluyendo todo con una monumental cena, en la que
cuando se empezaba a descorchar el champán comenzaron los discursos, uno de
ellos a cargo de José Antonio López Cancelos.
En 1915 se desplazó a Madrid para estudiar los nuevos sistemas de tratamiento de la rabia en el Instituto Alfonso XIII, dirigido por el ya premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. A su vuelta fundó y dirigió el Instituto Antirrábico y de Sueroterapia de Ribadeo, sucursal del Alfonso XIII de Madrid, y que poco después anunciaba públicamente la curación de sus primeros seis pacientes.
Publicado en el nº 382 del periódico Castropol de 10 de noviembre de 1915.
En octubre y noviembre de 1916 publicó una serie de artículos en el
periódico Castropol sobre la enfermedad de la rabia, su vacuna y tratamiento.
En 1920 el periódico Castropol publicó que había solicitado al Instituto Alfonso XIII de Madrid vacunas contra la viruela y las ponía a disposición del resto de médicos y de los particulares.
Publicado en el nº 558 del 10 de octubre de 1920 del periódico Castropol.
En diciembre de 1923 y enero de 1924 el periódico Castropol destapó el amaño en la adjudicación de la plaza de médico de Castropol por las nuevas autoridades municipales nombradas por la dictadura de Primo de Rivera. José Antonio López Cancelos fue uno de los médicos que presentó su solicitud para obtener la plaza, pero le fue adjudicada a otro médico ante las denuncias de amaño injusto del periódico Castropol.
Muchos vecinos de Castropol desconfiaban de las capacidades y aptitudes del nuevo médico, y varios de ellos abrieron negociaciones con un reputado médico de Ribadeo —probablemente José Antonio López Cancelos, al que en el Castropol se le calificó por entonces como «persona seria, hombre de estudio, médico de larga práctica y experiencia y de reputación merecida en esta comarca»— para negociar un contrato de modo que fijara su residencia y abriera consulta en Castropol. Acuerdo que parece que no llegó a materializarse.
El 26 de enero de 1924 impartió una conferencia en el teatro de Ribadeo titulada «Nocivos efectos de las bebidas alcohólicas».
Iniciada la Guerra Civil en 1936, uno de los curas de Ribadeo le denunció ante las nuevas autoridades nacionales por rojo. José Antonio López Cancelos contaba entonces 73 años. Afortunadamente la cosa no pasó a mayores, pero José Antonio nunca olvidó la actitud del clérigo, que posteriormente fue párroco de Ribadeo durante muchos años. Quizá la causa de la denuncia fue el carácter progresista y nada clerical ni beato de José Antonio, que no iba a misa los domingos.
En su casa a la hora de comer siempre había un sitio en la mesa para algún taramundés de paso por Ribadeo.
Falleció en Ribadeo, donde residía, el 28 de enero de 1939.